Las formas más sostenibles de lavar la vajilla

formas más sostenibles de lavar la vajilla

En  ¿Qué es más sostenible: fregar los platos a mano, o con el lavavajillas? comparamos el consumo de agua y energía fregando los platos a mano o con el lavavajillas. Vemos que en general un lavavajillas gasta menos agua que si fregamos los platos a mano, aunque la comparativa en gasto de energía varía mucho según cuál sea nuestro calentador de agua. En este artículo, damos indicamos las formas más sostenibles de lavar la la vajilla así como consejos para la compra o sustitución de un lavavajillas, y las mejores prácticas para el fregado a mano de la vajilla.

Consejos para fregar la vajilla a mano de forma sostenible

  • Antes de empezar, retirar de los platos y utensilios los restos sólidos con una espátula (no con agua).
  • Poner utensilios muy sucios o con suciedad pegada a remojo, durante minutos en los casos leves y hasta durante días en los graves: el agua termina por vencer.
  • Usar el estropajo por el lado que no rasca la mayor parte del tiempo, para evitar rayar el cristal y el acero.
  • Los grifos monomando permiten regular a la vez y cómodamente el caudal y la temperatura.
  • Si el grifo no viene con un reductor de caudal, ponérselo.
  • Comprobar si gastamos menos agua llenando los senos del fregadero o enjabonando “en seco” y aclarando bajo el grifo (podemos medir este agua tapando el desagüe del fregadero antes de empezar, y calculando después el volumen llenado). Seguramente la respuesta varía mucho con el número de piezas a lavar.
  • Limitar la temperatura a la necesaria en cada momento. Puede que algunos utensilios sólo necesiten un aclarado rápido con agua fría, podemos juntarlos al inicio o al final del lavado.
  • Usar un detergente ecológico. El lavavajillas manual Biobel está certificado como apto para agua de riego.
  • Moderar la dosis de detergente. El detergente Biobel recomienda poner 3 ml de producto por cada 5 litros de agua de lavado, o 5 ml si la vajilla está muy sucia. A la práctica siempre será mejor empezar con el mínimo y añadir si nos hemos quedado cortos, que al revés.
  • Aclarar con agua fría.

 

Lo que seguro que tenemos que lavar a mano

  • Utensilios de madera.
  • Cuchillos de cocina (el lavavajillas puede malograr sus filos).
  • Cristalería no apta para lavavajillas (si no queremos que vaya perdiendo transparencia)
  • Sartenes de hierro sin esmaltar, o antiadherentes.
  • Frascos con etiquetas de papel (atascan el filtro rápidamente, y se puede atascar incluso el desagüe).
  • Cubertería de porcelana o antigua.
  • Vajilla de plata, cobre o estaño.
fregar a mano

¿Renovamos el lavavajillas?

Para responder a esta pregunta desde un punto de vista de sostenibilidad, hay que hacer un análisis de los impactos ambientales en todo el ciclo de vida del aparato, y ver si los que se incurren durante la fabricación y desguace compensan el hecho de comprar uno nuevo.

En 2016, el Joint Research Center de la Comisión Europea publicó un estudio de Análisis del Ciclo de Vida (ACV) de lavadoras y lavavajillas, contemplando varias categorías de impacto ambiental: la contribución al cambio climático, al agotamiento de recursos, a la eutrofización, a la pérdida de capa de ozono o a la contaminación, entre otras.

Si nos miramos la contribución al cambio climático, la problemática ambiental más preocupante hoy en día, el ACV nos dice que la contribución será menor si seguimos usando el lavavajillas que tengamos 6 años más, a no ser que el nuevo que podamos comprarnos sea un 17% más eficiente que el nuestro (aunque este % será inferior a medida que decrezca la contribución al cambio climático de la propia fabricación del electrodoméstico, algo que no sabemos a qué ritmo se producirá). La diferencia de eficiencia entre una clase energética y la siguiente (por ejemplo A++ y A+++) es como máximo del 11%.

Con todo esto podemos tomar nuestras decisiones sobre sustituir el lavavajillas, pero, en caso de hacerlo, seguro que la durabilidad y la eficiencia energética deben estar en el primer puesto de prioridades entre los parámetros que vayamos a tener en cuenta al escoger equipo.

lavavajillas

En qué fijarnos al comprar un lavavajillas

  • Buscar la máxima durabilidad (habrá que consultar la garantía, buscar marcas de calidad y comprar en tiendas cuyo personal conozca bien su catálogo) y la clase de eficiencia energética más alta.
  • Buscar el menor consumo de agua (viene en la etiqueta de eficiencia energética).
  • Si disponemos de termo híbrido o paneles solares térmicos, escoger un lavavajillas con entrada de agua caliente.
  • Que tenga programa automático, es decir, que termina la fase de lavado cuando detecta que ya no queda suciedad en la vajilla. Así el ciclo dura menos que con otros programas (incluyendo los “Eco”) en la gran mayoría de los casos, con lo que se gasta menos agua y energía.
  • Que reduzca la energía de la fase de secado, idealmente mediante la apertura automática de la puerta después del último aclarado; hoy por hoy lo hacen Míele y algunos modelos Samsung. Los lavavajillas Bosch y Siemens pueden hacerlo mediente zeolitas, un recurso mineral no renovable.
  • La bandeja para cubiertos permite lavarlos más rápidamente (además de ocupar menos espacio que el cesto).
  • Al instalarlo, configurarlo de forma que al acabar pase a “modo apagado” en el menor tiempo posible.

 

Al usar el lavavajillas

  • Igual que si lavamos a mano, retirar los restos sólidos con una espátula y poner a remojo la suciedades más pertinaces.
  • En la medida de lo posible, poner los utensilios de forma que no obstaculicen el paso de los chorros de agua hacia cestas superiores.
  • Ponerlo en marcha sólo cuando la carga sea completa. En caso de convivir pocas personas, ello seguramente nos llevará a no poner en marcha el aparato después de cada comida o cena, incluso quizás si tenemos uno de 45 cm de ancho.
  • Por cierto, en los de 45 cm de ancho puede ser suficiente poner  media pastilla de detergente, probemos si el resultado es suficientemente satisfactorio.
  • En muchos casos será suficiente lavar a una temperatura baja, incluso con vajilla grasienta. Probemos antes de optar por los programas con la temperatura más alta, que pueden casi doblar el consumo energético.
  • Las funciones “Menos tiempo” o “Secado extra” pueden gastar hasta un 70% más de energía.
  • Si después del uso el lavavajillas se queda en “modo sin apagar” (stand by), desconectarlo.
  • Limpiar el filtro regularmente.