¿Un detergente ecológico para fregar los platos limpia menos?

detergente ecológico para fregar los platos

Es posible, lector o lectora, que estés dudando de pasarte a usar un detergente ecológico para fregar los platos a mano porque te da la impresión de que los convencionales lavan más. Pues bien, te vamos a decir que efectivamente así es, al menos en el caso de los convencionales más potentes. Sin embargo, no es que los ecológicos laven de forma insuficiente, sino que los convencionales lavan literalmente demasiado: raramente nuestros platos y cacharros tienen una cantidad de grasa que requiera detergentes súper potentes. Y lo que es más importante, si cabe, es que esa potencia limpiadora excesiva se consigue a costa de un impacto ambiental innecesario; que es, justamente, lo que los detergentes ecológicos evitan.

El secreto del «milagro antigrasa»

Para que un detergente sea muy potente basta con ponerle una concentración muy alta de tensoactivo, el ingrediente que limpia propiamente. Éste es el secreto a voces de los “milagros antigrasa” convencionales, cuyos tensoactivos además suelen ser de origen sintético y poco biodegradables. Por esto, incluso usando sólo una gotita estaríamos tirando por el desagüe un montón de contaminantes evitables; aún más si imitamos sus spots publicitarios, que suelen mostrar a una persona arrojando un generoso chorro de producto en el estropajo. Hemos visto incluso anuncios de detergentes convencionales que presumen de potencia limpiadora “incluso en agua fría”: la sobreabundancia de tensoactivo ningunea la mayor capacidad limpiadora del agua caliente respecto a la fría. Estos productos limpian los platos con menos esfuerzo que los ecológicos, es innegable; pero pagando un precio ambiental que es no sólo innecesario, sino también inaceptable.

detergente ecológico para fregar los platos

La espuma

Otro aspecto que conviene conocer, si dudamos entre productos ecológicos y convencionales, es el de la espuma. La cantidad de espuma que un detergente genera es directamente proporcional a la cantidad de tensoactivos que contiene. Si uno está acostumbrado a usar productos convencionales, al probar uno ecológico verá que se genera menos espuma, y le puede parecer que el detergente “desaparece” y hay que poner más. Pero la espuma no limpia: no es más que un “efecto colateral” de los tensoactivos al entrar en contacto con el aire. Lo que ocurre es que la tenemos tan asociada con el lavado que la “confundimos” con el detergente, como si fueran una misma cosa. En realidad, que un detergente genere poca espuma es indiferente, a efectos de limpieza.

Detergentes ecológicos

Al formular los lavavajillas manuales ecológicos se limita la concentración de tensoactivo a la necesaria y suficiente, y se seleccionan tensoactivos de origen vegetal y rápidamente biodegradables. Debemos usar estos productos ayudándonos del agua caliente, por supuesto. Sólo en un caso puede que no quedemos satisfechos a la primera con el resultado, y es al lavar utensilios de plástico muy grasientos; ello es debido a que la grasa se adhiere con más persistencia al plástico que a otros materiales. La solución es tan sencilla como volver a fregar ese utensilio; es una opción mucho más respetuosa ambientalmente que usar un producto convencional cargado de tensoactivos contaminantes.

detergente ecológico para fregar los platos

Recordemos, sin embargo, que no todos los productos ecológicos son “igualmente ecológicos”. Y es que no todos los sellos certificadores son igual de estrictos; en este artículo podemos ver una comparativa. Este otro se centra en los detergentes para lavavajillas y muestra que Ecocert Natural, el sello que certifica todos los productos Biobel, proporciona una mayor garantía de preservar la salud medioambiental que el sello Ecolabel.